En el principio Elohim “Alef- Tav” creó los cielos y la tierra.
Esta historia ocurrió antes de todas las demás historias que existen, cuando nada aún había sido creado, ni las plantas, ni las montañas, ni los animales y ni los hombres. Nada existía. Solamente Elohim(en hebreo significa “Dios” pero que es un nombre en plural, esto porque Dios es uno y trino). Por eso esta historia comienza así En principio…
En un círculo lleno de una luz divina, la Santísima Trinidad se puso a conversar acerca de la gran obra de la creación que se iba a llevar a cabo. El Padre estaba sentado en un trono. Con el Padre estaban el Hijode pie a su derecha, (pero todavía no se llama Jesús, porque aún no se encarnó y por eso en el ícono el Hijo no usa túnica roja) y el Espíritu Santo. Ellos vivían eternamente felices como una familia trinitaria.
El Padre levantó su brazo derecho y dirigiéndose al Hijo y al Espíritu Santo dijo: Nada existe fuera de nosotros. Pero por puro amor creemos un templo que después los hombres lo llamarán mundo.
Yo, Padre todopoderoso, el que todo lo puede, por medio de ti Hijo, “Alef-tav” (en hebreo significa principio y fin) que existes desde siempre junto a mí, voy crear el universo entero con belleza y perfección.
El Verbo (Jesús antes de la encarnación): Hágase. Todo será hecho por medio de mí y sin mí nada de lo que será creado podrá ser hecho. Porque yo soy la Vida.
Entonces la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, que es el amor entre el Padre y el Hijo respondió: Yo seré el custodio de esta obra, de modo que todo sea hecho con belleza y perfección.
Fue así como la Trinidad, en un acto de amor de familia, comenzó su obra por medio de aquel que es el Principio y el fin de todo: el Verbo, la segunda persona de la Trinidad, Jesucristo antes de la encarnación.